sábado, 27 de febrero de 2016

Lo que esperamos de Oliverio Girondo


Tardará, tardará.

Ya sé que todavía
los émbolos,
la usura,
el sudor,
las bobinas
seguirán produciendo,
al por mayor,
en serie,
iniquidad,
ayuno,
rencor,
desesperanza;
para que las lombrices con huecos portasenos,
las vacas de embajada,
los viejos paquidermos de esfínteres crinudos,
se sacien de adulterios,
de hastío,
de diamantes,
de caviar,
de remedios.

Ya sé que todavía pasarán muchos años
para que estos crustáceos
del asfalto
y la mugre
se limpien la cabeza,
se alejen de la envidia,
no idolatren la saña,
no adoren la impostura,
y abandonen su costra
de opresión,
de ceguera,
de mezquindad.
de bosta.

Pero, quizás, un día,
antes de que la tierra se canse de atraernos
y brindarnos su seno,
el cerebro les sirva para sentirse humanos,
ser hombres,
ser mujeres,
-no cajas de caudales,
ni perchas desoladas-,
someter a las ruedas,
impedir que nos maten,
comprobar que la vida se arranca y despedaza
los chalecos de fuerza de todos los sistemas;
y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas
se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.

Y entonces...
¡Ah!, ese día
abriremos los brazos
sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
ni recelar de todo,
hasta de nuestra sombra;
y seremos capaces de acercarnos al pasto,
a la noche,
a los ríos,
sin rubor,
mansamente,
con las pupilas claras,
con las manos tranquilas;
y usaremos palabras sustanciosas,
auténticas;
no como esos vocablos erizados de inquina
que babean las hienas al instarnos al odio,
ni aquellos que se asfixian
en estrofas de almíbar
y fustigada clara de huevo corrompido;
sino palabras simples,
de arroyo,
de raíces,
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco;
o mejor todavía
guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
mientras alguien nos diga,
con una voz de roble,
lo que desde hace siglos
esperamos en vano.

domingo, 21 de febrero de 2016

"El péndulo de Foucault" de Umberto Eco



―(..) Oye, se me acaba de ocurrir una muy buena: Urbanística Gitana.
―Muy buena ―dijo Belbo con tono admirativo―. Yo estaba pensando en Hípica Azteca.
―Sublime. Pero, ¿dónde la incluyes? ¿En la Eolofonía o entre los Adynata?
―Eso tenemos que verlo ―dijo Belbo, hurgó en el cajón y sacó unos papeles―. La Eolofonía… ―Me echó una mirada y percibió mi curiosidad―. La Eolofonía, usted bien sabe, es el arte de dar voces al viento. Pero no ―dijo dirigiéndose a Diotallevi―, la Eolofonía no es un departamento, sino una asignatura, como la Avunculogratulación Mecánica y la Pilocatábasis, que pertenecen al departamento de Tripodología Felina.
―¿Y eso de la tripolo…? ―me atreví a preguntar.
―Es el arte de buscarle tres pies al gato. Este departamento comprende la enseñanza de las técnicas inútiles, por ejemplo, la Avunculogratulación Mecánica enseña cómo construir máquinas para saludar a la tía. No sabemos si dejar en este departamento a la Pilocatábasis, que es el arte de salvarse por los pelos, y no parece inútil del todo. ¿Verdad?
―Por favor, explíquenme en qué consiste toda esta historia… ―imploré.
―Sucede que Diotallevi, y yo mismo, estamos proyectando una reforma del saber. Una Facultad de Trivialidad Comparada, donde se estudien asignaturas inútiles o imposibles. La facultad tiende a reproducir estudiosos capaces de aumentar al infinito el número de temas triviales.
―¿Y cuántos departamentos hay?
―Por ahora cuatro, pero ya podría contener todo lo cognoscible. El departamento de Tripodología Felina tiene una función propedéutica, tiende a desarrollar el sentido de lo trivial. Un departamento importante es el Adynata o Impossibilia. Por ejemplo, Urbanística Gitana e Hípica Azteca… La Esencia de esta disciplina consiste en comprender las razones profundas de su trivialidad, y en el departamento de Adynata también de su imposibilidad. Allí están, pues, la Morfemática del Morse, la Historia de la Agricultura Antártica, la Historia de la Pintura en la Isla de Pascua, la Literatura Sumeria Contemporánea, los Fundamentos de Examenología Montessoriana, la Filatelia Asiriobabilónica, la Tecnología de la Rueda en los Imperios Precolombinos, la Iconología Braille, la Fonética del Cine Mudo…
―¿Qué me dice de la Psicología de las Masas en el Sahara?
―Está bien ―dijo Belbo.
―Está bien ―dijo Diotallevi con convicción―. Tendría que colaborar. Este joven tiene buena madera, ¿verdad, Jacopo?
―Sí, me di cuenta enseguida. Anoche elaboró razonamientos estúpidos con mucho ingenio. Pero, prosigamos, puesto que el proyecto le interesa. ¿Qué hemos incluido en el departamento de Oximórica, que no encuentro la ficha?
Diotallevi extrajo un papelito del bolsillo y me miró con sentenciosa simpatía:
―En la Oximórica, como su mismo nombre indica, lo importante es el carácter autocontradictorio de la disciplina. Por eso, estimo que la Urbanística Gitana tendría que incluirse en ella…
―No ―dijo Belbo―, sólo si se llamara Urbanística Nómada. Los Adynata se refieren a una imposibilidad empírica, mientras que la Oximórica abarca la contradicción en los términos.
―Ya veremos. Pero ¿qué hemos incluido en la Oximórica? Pues las Instituciones de la Revolución, la Dinámica Parmenídea, la Estática Heraclítea, la Sibarítica Espartana, los Fundamentos de Oligarquía Popular, la Historia de las Tradiciones Innovadoras, la Dialéctica Tautológica, la Erística Booleana…
A esas alturas me sentía retado a demostrar mi temple:
―¿Puedo sugerir una Gramática de la Anomalía?
―¡Estupendo! ―exclamaron ambos, y se pusieron a escribir.
―Hay una pega ―dije.
―¿Cuál?
―Si anunciáis el proyecto, se presentará un montón de gente con publicaciones fidedignas.
―¿No te decía yo que era un joven agudo, Jacopo? ―dijo Diotallevi―. Pero ¿sabe que ése es precisamente nuestro problema? Sin quererlo hemos trazado el perfil ideal de un saber real. Hemos demostrado la necesidad de lo posible. Por tanto, será necesario callar. Pero ahora debo marcharme.

"El péndulo de Foucault" de Umberto Eco (traduccón de Ricardo Pochtar y Helena Lozano Miralles).


viernes, 12 de febrero de 2016

107° Coro - Jack Kerouac


La luz llega Tarde

porque

sucede después de que uno se ha dado cuenta
No se ve la luz
hasta que la sensación de ver la luz
es registrada por la Percepción

La Percepción notifica a la Discriminación
etc., la Conciencia

Hasta entonces no había luz
De modo que la luz llega tarde

La oscuridad llega tarde
No se concibe la oscuridad
hasta que se tiene la luz tarde
cuando se entiende la diferencia
entre polos iguales brillantes
con ideas Arbitrarias
acerca de que algo es de esta manera
o de aquélla, morando en esta morada
negando en esa morada -
Shock igual, positivo, eléctrico,
espiral, dacoit, torre,
aceite - todo llega tarde.
Méxito City Blues . Ed. Random House, Mandadori. 1959

martes, 5 de enero de 2016

El cuaderno de Bento – John Berger


Hay dos categorías de narración. Están aquellas narraciones que tratan de lo invisible y lo oculto, y están las que exponen y ofrecen lo revelado. Lo que yo –conforme a mi propio sentido, especial y físico, de esos términos– denomino la introvertida y la extravertida. ¿Cuál de las dos se adaptará presumiblemente mejor, de una forma más incisiva, a lo que sucede hoy en el mundo? Creo que la primera.
Porque sus historias parecen inacabadas. Porque entrañan la necesidad de compartir. Porque en su forma de relatar, un cuerpo se refiere tanto a un individuo como a un conjunto de individuos. Porque en estas narraciones el misterio no es algo que se vaya a resolver, sino es algo que se lleva con uno. Porque, aunque puedan tratar de una violencia, de una pérdida, o de una furia súbitas, no se quedan en lo inmediato, miran a lo lejos. Y sobre todo porque sus protagonistas no son actores, son supervivientes.
Si retomamos a Antón Chéjov, ¿qué significa todo esto en relación con el reto que él nos proponía? No ofrece una receta. Lo que ofrece es cierto tipo de lente para observar las historias que piden ser contadas.
La lengua viva, a diferencia de la literaria, está llena de interrupciones y nunca tienen un único hilo. Observen y escuchen el coro de acciones que se llevan a cabo simultáneamente. Acciones comunes que son tan impredecibles como los conflictos.
El cuaderno de Bento. Alfaguara. 2012

lunes, 4 de enero de 2016

Cenizas - Alejandra Pizarnik



Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreír.

Hemos creado el sermón
del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.

Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como olas,
frases como alas.

Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles
caminos.

De Las aventuras perdidas (1958)

domingo, 3 de enero de 2016

La balsa de piedra - José Saramago


Acto dificilísimo es el de escribir, responsabilidad de las mayores, basta pensar en el trabajo agotador que supone disponer por orden temporal los acontecimientos, primero éste, luego aquél, o, si conviene a las exigencias del efecto buscado, el suceso de hoy colocado antes del episodio de ayer, y otras no menos arriesgadas acrobacias, el pasado como si hubiera sido ahora, el presente como un continuo sin principio ni fin, pero, por mucho que se esfuercen los autores, hay una habilidad que no pueden exhibir, poner por escrito, al mismo tiempo, dos casos en el mismo tiempo acontecidos. Hay quien cree que la dificultad se resuelve dividiendo la hoja en dos columnas, lado con lado, pero el truco es ingenuo, porque primero se escribió un lado y después el otro, sin olvidar que el lector tendrá que leer primero éste y luego aquél, o viceversa, quienes lo tienen bien son los cantantes de ópera, cada uno con sus panes en los concertantes, tres cuatro cinco seis entre tenores bajos sopranos y barítonos, todos cantando palabras diferentes, por ejemplo, el cínico escarneciendo, la ingenua suplicando, el galán tardo en acudir, al espectador lo que le importa es la música, pero el lector no es así, lo quiere todo explicado, sílaba por sílaba y una tras otra, como aquí se muestran. Por eso, habiendo primero hablado de Joaquim Sassa, hablaremos ahora de Pedro Orce, cuando lanzar Joaquim la piedra al mar y levantarse Pedro de la silla fue todo obra de un instante único, aunque en los relojes hubiera una hora de diferencia, es el resultado de estar éste en España y aquél en Portugal.

La balsa de piedra. Colección "Biblioteca José Saramago". Ed. Alfaguara. 2010

sábado, 2 de enero de 2016

Kaput



El niño que mostraba el gusanito a los condenados        
que inauguró el amor con un perro o una mata de plátano  
el niño que prefería la pechuga a las piernas del pollo  
el primer denunciador de la pornografía de Blanca Nieves
el niño que fue la perdición de cinco primas            
una tía y dos amigas de mamá                            
el niño que inventó los nuevos mapas                    
de la acupuntura gozosa                                  
el cerebro gris tras el trono de Havelock Ellis          
el niño-no-apto-para-menores-de-18-años                  
el criado con leche de las Salas-cuna de Gomorra        
el niño que le tocó la manzana a Eva                    
y fue expulsado antes que Adán del aburrido paraíso      
el niño que creó la necesidad de las sillas las paredes  
los muros las graderías de los stadiums                  
el niño-tirabuzón el niño-abrelatas                      
el niño que no ha perdonado ni al canario                
fue finalmente enviado a Dinamarca                      
porque imagínese usted.

Antología poética de Roque Dalton. Colección Visor de Poesía.