lunes, 27 de julio de 2015

Laugedicht- Man Ray


Según el diccionario de conceptos literarios de Otto F. Best `concretismo` es: una corriente de la lírica moderna que ajusta los elementos lingüísticos de sus composiciones según apreciaciones de tipo óptico y auditivo, renunciando de ese modo a copiar y comprender la realidad empírica y poniendo en cuestión, en su lugar, a la palabra individual: la cual es tomada como forma de pensamiento, haciéndose uso de ella en cada una de sus posibilidades concretas, en virtud de lo cual surgen ideogramas y constelaciones, en los que el contenido de significación y la estructura son idénticos, en que la realidad del texto -por así decir- reposa en la estructura, en la función.

Perednik, Jorge Santiago (Recopilador). Poesia Concreta.CEAL, 1982

domingo, 26 de julio de 2015

Entrar en el bosque - Umberto Eco (fragmento)


             Un bosque es, para usar una metáfora de Borges (otro huésped de las Norton Lectures cuyo espíritu estará presente en estas conferencias mías), un jardín cuyas sendas se bifurcan. Incluso cuando en un bosque no hay sendas abiertas, todos podemos trazar nuestro propio recorrido decidiendo ir a la izquierda o a la derecha de un cierto árbol y proceder de este modo, haciendo una elección ante cada árbol que encontremos. En un texto narrativo, el lector se ve obligado a efectuar una elección en todo momento. Es más, esta obligación de elegir se manifiesta en cualquier enunciado, cuando menos en cada ocurrencia de un verbo transitivo. Mientras el hablante va a terminar la frase, nosotros, aunque sea inconscientemente, hacemos una apuesta, anticipamos su elección, o nos preguntamos angustiados qué elección hará (al menos en casos de enunciados dramáticos como «anoche en el cementerio vi...»).

En Seis paseos por los bosques narrativos. Lumen. Barcelona, 1996.

sábado, 25 de julio de 2015

El erizo - Bernardo Atxaga


El erizo despierta al fin en su nido de hojas secas,
y acuden a su memoria todas las palabras de
su lengua,
que, contando los verbos, son poco más o menos
veintisiete.
Luego piensa: el invierno ha terminado,
soy un erizo, Dos águilas vuelan sobre mí;
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?
Ahí está el río, Es mi territorio, Tengo hambre.
Y vuelve a pensar: Es mi territorio,
Tengo hambre,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?
Sin embargo, permanece quieto, como una hoja
seca más,
porque aun es mediodía, y una antigua ley
le prohíbe las águilas, el sol y los cielos azules.
Pero anochece, desaparecen las águilas, y el erizo,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
Deshecha el río y sube por la falda de la montaña
tan seguro de sus púas como pudo estarlo
un guerrero de su escudo, en Esparta o en
Corinto;
Y de pronto atraviesa el límite, la línea
que separa la tierra y la hierba de la nueva
carretera,
de un solo paso entra en su tiempo y el mío;
Y como su diccionario universal
no ha sido corregido ni aumentado
en estos últimos siete mil años,
no reconoce las luces de nuestro automóvil,
y ni siquiera se da cuenta de que va a morir.
Bernardo Atxaga. Poemas & híbridos, Plaza y Janés, Barcelona, 1997,

jueves, 23 de julio de 2015

La muralla - Constantino Kavafis


Sin consideración, sin piedad, sin pena,
han levantado alrededor de mí
un triple círculo de altas y sólidas murallas.

Y ahora, permanezco aquí, desesperado,
solo pensando en la suerte que me abruma,
¡ Y tenía tanto que hacer afuera...!
¡Ay! ¿Cómo sin darme cuenta
les he dejado enmurallarme?

Y yo no escuché nada:
los albañiles trabajaban sin ruido,
sin palabras...

Imperceptiblemente,
me han encerrado fuera del mundo.
                      en Esperando a los bárbaros y otros poemas. CEAL, Buenos Aires,  1988

miércoles, 22 de julio de 2015

No hay, no habrá,.. - Teny Alós



No hay, no habrá, espacio para la bronca.
No hubo, no habrá, tacto sobre la utopía.
No quedan, no quedarán, ficciones aletargadas.
No quedan, no quedarán, esperanzas a contramano.
Hay, habrán, cuerpos amantes.
Hay, habrán, complicidades sintácticas.
Quedan, quedarán, sensaciones prohibidas.
Quedan, quedarán, recuerdos intactos.
Vivirás, viviremos, el resto del viaje.
Nadie podrá quitarte los días felices.
Nadie vengará las dimensiones de tu ansia.
Lo sabrás y lo callarás.
Lo presentiré y lo callaré.
La luna está tras la frontera.
La luz le pertenece a tu corazón.

En revista Serendipia. Año III- Nº8. Abril 2008

martes, 21 de julio de 2015

Capítulo 63: Ferenzky en el Himalaya - Alejandro Dolina





Las caravanas que atraviesan el Asia central suelen extraviarse con la mayor frecuencia. La sabiduría de los jefes consiste en aceptar 10 bueno cualquier lugar al que lleguen. Cuando alguien les pregunta dónde van, estos hombres no responden. No por reserva, como suele creerse, sino por verdadero desconocimiento.

El señor Marco Ferenzky formó parte de una fe una caravana que —según sus sospechas— se dirigía al Nepal. En algún lugar de la cordillera vinieron a dar con una aldea que parecía colgada de la montaña. Una constante ventisca de nieve ocultaba por completo los detalles. Los camellos, los hombres, las chozas y los peñascos eran la misma cosa en aquel lugar. Los lugareños hablaban un idioma que nadie comprendía. Sin embargo, Ferenzky empezó a dialogar en ruso con un anciano que parecía ser el más sabio de la aldea.

—Hablo todas las lenguas —dijo el hombre—. Es un don. —También yo —mintió Ferenzky con súbito acento eslavo—. Sin embargo, no puedo entender lo que dicen sus paisanos.

—El nuestro es un idioma extraño, una mezcla. Contiene muchas palabras de significado plural. La frase el sol está brillando también puede entenderse como nunca haré tal cosa y pronunciada por un pastor signi­fica la tierra es pobre en peces.

El anciano dijo que su nombre era Inn y explicó que en su lengua no había género. Hombres y mujeres usaban los mismos nombres y los objetos eran todos neutros.

—Como usted ve, el frío nos obliga a estar siempre muy cubiertos. Una mujer es igual a un hombre. Para nosotros no es muy importante la distinción. Uno puede conocer durante largos años a una persona sin saber a qué sexo pertenece. Apenas si hay rumores. Lo consideramos un detalle menor, como entre ustedes podría ser el grupo sanguíneo. Solo la maternidad lo pone en evidencia.

—¿Y dónde está el deseo? —preguntó Ferenzky.

—El deseo está en lo nuevo. Sólo gozamos de lo que nunca hemos he­cho en el pasado. En nuestra lengua, nuevo es también cumbre del placer. Nos gusta lo recién llegado.

Inn explicó que en aquella aldea el amor era casi inexistente y que la palabra que lo designaba podía interpretarse también como una vez cada mil años.

—Los múltiples significados suelen conducir a una indecisión perpe­tua. Suki significa al mismo tiempo recordar el pasado y esperar el futuro. La frase siempre voy a Lasha se entiende también como nunca fui a Las-ha. O-tsí es ilusión, pero también huevos de ave y desengaño.

Inn permaneció un largo momento en silencio y después, con un murmullo, hizo la siguiente confesión:

—La verdad es que aquí cada uno oye lo que quiere. El lenguaje es interpretativo. Los mensajes varían en el trayecto y nadie se da cuenta, o a nadie le importa. es también no, o quizá. No es posible aceptar ni rechazar. Nacer es morir. Quedarse es partir.

Ahora, cuando yo le digo que mi humilde choza es suya y que me prosterno ante su dignidad de huésped, tal vez le estoy diciendo que odio a los extranjeros y que su madre no es digna de lavar las sábanas de la última prostituta de Bombay. Y cuando mis hombres le dicen al jefe de la caravana que pueden pasar la noche en la aldea, también dicen con esas mismas palabras que cuando estén dormidos los mataremos a todos y nos apropiaremos de sus mercancías.

Ferenzky sintió la tentación de observar que todo lenguaje es inter­pretativo y que en cualquier lugar del mundo la oscuridad, el viento, la nieve y las máscaras impiden toda comunión. Sin embargo, se acercó a Inn, lo mandó a la puta que lo parió y a renglón seguido le pegó una patada en el culo. El anciano cayó de bruces en la nieve. La caravana zarpó inmediatamente. Los lugareños corrían detrás y gritaban palabras que traducidas al ruso significaban adiós, adiós, quieran los dioses que nos volvamos a encontrarnos, pero también oh, perros trashumantes, no saldrán vivos de aquí.

lunes, 20 de julio de 2015

Canción para vagabundos (que compuso Juancito Caminador) - Raúl González Tuñón



Salud a la cofradía
trotacalle y trotamundo,
todo nos falta en el mundo
todo, menos la alegría.

Y viva la santa unión
de Sin-ropas y Sin-tierras,
todo nos falta en la tierra,
todo menos la ilusión.

Corto sueño y larga andanza
en constante despedida,
todo nos falta en la vida,
todo, menos la esperanza.

Amigos de las botellas
pero poco del trabajo,
todo nos falta aquí abajo,
todo, menos las estrellas.

Inofensiva locura, ´
sinrazón de vagabundo,
todo nos falta en el mundo,
todo, menos sepultura.

Prosigamos, si Dios quiere,
nuestro camino sin Dios,
que siempre se dice adiós
y una sola vez se muere.


(1941)

De "Los caprichos de Juancito Caminador". La Página. Buenos Aires , 1995?

viernes, 17 de julio de 2015

El Espejo de un Momento. Paul Eluard




Disipa el día,
Muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia,
Quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
Es duro como la piedra,
La piedra informe,
La piedra del movimiento y de la vista,
Y Tiene tal resplandor que todas las armaduras y todas las máscaras quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera se digna tomar la forma de la mano,
Lo que ha sido comprendido ya no existe,
El pájaro se ha confundido con el viento,
El cielo con su verdad,

El hombre con su realidad.



En “Capitale de la douleur” Versión de Aldo Pellegrini. 1926

jueves, 16 de julio de 2015

La puerta sin cerradura, Robert Frost

Así pasaron muchos años
Pero, por fin, alguien llamó
Y pensé en la puerta
Sin cerradura para echar llave.
Soplé la luz
Y fui en puntas de pie
Y levanté mis manos
En plegaria a la puerta.
Mas la llamada se repitió.
Mi ventana era amplia;
Me trepé en el antepecho
Y bajé del otro lado
De vuelta por el antepecho,
Respondí: -Entre usted-
A quienquiera que hubiera
llamado a la puerta
Así ante un golpe
Vacié mi jaula
Para esconderme en el mundo
Y cambiar con la edad.

En Poemas. Ediciones Corregidor. Buenos Aires, 1979.

El incendio de un sueño - Charles Bukowski


La vieja Biblioteca Pública de Los Angeles
ha sido destruida por las llamas.
aquella biblioteca del centro.
con ella se fue
gran parte de mi
juventud.
estaba sentado en uno de aquellos bancos
de piedra cuando mi amigo
Baldy me
preguntó:
"¿vas a alistarte en
la brigada
Abraham Lincoln?"
"claro", contesté
yo.
pero, al darme cuenta de que yo no era
un idealista político
ni un intelectual
renegué de aquella
decisión
más tarde.
yo era un lector
entonces
que iba de una sala a
otra: literatura, filosofía,
religión, incluso medicina
y geología.
muy pronto
decidí ser escritor,
pensaba que sería la salida
más fácil
y los grandes novelistas no me parecían
demasiado dificiles.
tenía mas problemas con
Hegel y con Kant.
lo que me fastidiaba
de todos ellos
es que
les llevara tanto
lograr decir algo
lúcido y/
o
interesante.
yo creía
que en eso
los sobrepasaba a todos
entonces.
descubrí dos
cosas:
a) que la mayoría de los editores creía que
todo lo que era aburrido
era profundo.
b) que yo pasaría décadas enteras
viviendo y escribiendo
antes de poder
plasmar
una frase que
se aproximara un poco
a lo que quería
decir.
entretanto
mientras otros iban a la caza de
damas,
yo iba a la caza de viejos
libros,
era un bibliófilo, aunque
desencantado,
y eso
y el mundo
configuraron mi carácter.
vivía en una cabaña de contrachapado
detrás de una pensión de 3 dólares y medio
a la semana
sintiéndome un
Chatterton
metido dentro de una especie de
Thomas
Wolfe.
mi principal problema eran
los sellos, los sobres, el papel
y
el vino,
mientras el mundo estaba al borde
de la Segunda Guerra Mundial.
todavía no me había
atrapado
lo femenino, era virgen
y escribía entre 3 y
5 relatos por semana
y todos
me los devolvían, rechazados por
el New Yorker, el Harper´s,
el Atlantic Monthly.
había leido que
Ford Madox Ford solía empapelar
el cuarto de baño
con las notas que recibía rechazando sus obras
pero yo no tenía
cuarto de baño, así que las amontonaba
en un cajón
y cuando estaba tan lleno
que apenas podía
abrirlo
sacaba todas las notas de rechazo
y las tiraba
junto con los
relatos.
la vieja Biblioteca Pública de Los Angeles
seguía siendo
mi hogar
y el hogar de muchos otros
vagabundos.
discretamente utilizábamos los
aseos
y a los únicos que
echaban de allí
era a los que
se quedaban dormidos en las
mesas
de la biblioteca; nadie ronca como un
vagabundo
a menos que sea alguien con quien estás
casado.
bueno, yo no era realmente un
vagabundo. yo tenía tarjeta de la biblioteca
y sacaba y devolvía
libros,
montones de libros,
siempre hasta el
límite
de lo permitido:
Aldous Huxley, D.H. Lawrence,
e.e. cummings, Conrad Aiken, Fiódor
Dos, Dos Passos, Turguénev, Gorki,
H.D. Freddie Nietzche,
Shopenhauer,
Steinbeck,
Hemingway,
etc.
siempre esperaba que la bibliotecaria
me dijera: "que buen gusto tiene usted,
joven."
pero la vieja
puta
ni siquiera sabía
quién era ella,
cómo iba a saber
quién era yo.
pero aquellos estantes contenían
un enorme tesoro: me permitieron
descubrir
a los poetas chinos antiguos
como Tu Fu y Li
Po
que son capaces de decir en un
verso más que la mayoria en
treinta o
incluso en ciento.
Sherwood Anderson debe de haberlos
leído
también.
también solía sacar y devolver
los Cantos
y Ezra me ayudó
a fortalecer los brazos si no
el cerebro.
maravilloso lugar
la Biblioteca Pública de Los Angeles
fue un hogar para alguien que había tenido
un
hogar
infernal
ARROYOS DEMASIADO ANCHOS PARA SALTARLOS
LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO
CONTRAPUNTO
EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO
James Thurber
John Fante
Rabelais
De Maupassant
algunos no me
decían nada: Shakespeare, G.B. Shaw,
Tolstói, Robert Frost, F. Scott
Fitzgerald
Upton Sinclair me llegaba
más
que Sinclair Lewis
y consideraba a Gogol y a
Dreiser tontos
de remate
pero tales juicios provenían mas
del modo en que un hombre
se ve obligado a vivir que de
su razón.
la vieja Biblioteca Pública de Los Angeles
muy probablemente evitó
que me convirtiera en un
suicida,
un ladrón
de bancos,
un tipo
que pega a su mujer,
un carnicero o
un motorista de la policía
y, aunque reconozco que
puede que alguno sea estupendo,
gracias
a mi buena suerte
y al camino que tenía que recorrer,
aquella biblioteca estaba
allí cuando yo era
joven y buscaba
algo
a lo que aferrarme
y no parecía que hubiera
mucho.
y cuando abrí el
periodico
y leí la noticia sobre el incendio
que había destruido la
biblioteca y la mayor parte de
lo que en ella había
le dije a mi
mujer: "yo solía pasar
horas y horas
allí …"
EL OFICIAL PRUSIANO
EL ATREVIDO MUCHACHO DEL TRAPECIO
TENER Y NO TENER
NO PUEDES RETORNAR A TU HOGAR"
                                                               

En Antología. Ed. Arquitrave. Cartagena de Indias, 2004.