jueves, 24 de agosto de 2017

Los justos de Jorge Luis Borges


Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

martes, 15 de agosto de 2017

CIII (Naga uta) de Kakinomoto No Hitomaro


En el mar, vestido de yedra, de Iwami,
Cerca del cabo de Kara,
El alga miru de las profundidades
Crece en los arrecifes hundidos;
La enjoyada maraña marina
Crece en la playa rocosa.
Agitándose como la enjoyada maraña
Marina, mi amada yacía conmigo,
Mi amada, por la que siento un fervor
Profundo como el océano donde crece la miru
Sólo dormimos juntos unas pocas
Noches maravillosas y después
Tuve que separarme de ella.
Fue como separar enredaderas trenzadas.
Mis entrañas están enredadas.
Con la pena de mi corazón
La añoro y miro hacia atrás.
Una maraña de hojas de colores
Baja por el monte Watari.
Ya no puedo ver el agitarse
De sus mangas al despedirme.
La luna corre por entre las nubes
Y por encima de la casita
De la luna de miel en el monte Yagami.
El sol en el ocaso se ha ocultado.
Ya se va extinguiendo la luz.
Yo creí ser un hombre valiente.
Pero traigo mis delgadas mangas
Empapadas de lágrimas.

sábado, 12 de agosto de 2017

The farmer de Andrés Rivera


"Miro mi cara en el espejo.
Me afeito cada ocho días, bajo este cielo que no es mío.
La navaja corre por mis mejillas: buen filo el de mi navaja.
Mi pulso es, todavía, de hierro.
¿Por qué hay lágrimas en mis ojos? ¿Por qué tiemblan mis labios?
Manuelita me afeitaba, hasta esa medianoche de 1852, los siete días de la semana, sin faltar uno, cuando el reloj daba las 5:30 de la mañana.
Yo no necesitaba espejos.
Yo, que fui el guardián del sueño de los otros.
Yo, de quien la mejor pluma argentina de este siglo, escribió:
Hace el mal sin pasión.
El señor Domingo Faustino Sarmiento escribió, además:
En obsequio a la verdad histórica, nunca hubo gobierno más popular, más deseado ni más bien sostenido por la opinión, y su plebiscito fue la imagen de su triunfo más amplio. ¿Sería acaso que los disidentes no votaron? Nada de eso: no se tiene aún noticia que ciudadano alguno no fuese a votar; los enfermos se levantaron de la cama para ir a dar su asentimiento.
Al señor Sarmiento le falta agregar que el plebiscito se realizó los días 26, 27 y 28 de marzo de 1835 y, por 9.320 votos contra 8, la ciudad y la provincia de Buenos Aires me otorgaron facultades extraordinarias para gobernar.
El Mal, en mi boca y por mi brazo, fue orden y justicia. Lo digo aquí, en tierra extranjera, para quienquiera escucharme, Dios incluido.
El señor Domingo Faustino Sarmiento, que escribió acerca de ese unánime pronunciamiento, no le puso fecha a lo que escribió.
La verdad no vive en el calendario.
El señor Domingo Faustino Sarmiento fue, a veces, la mejor cabeza argentina de este siglo.
Y, ahora, yo, gobernador-propietario de la provincia más extensa y rica de América, de la América española, estoy aquí, en el condado de Swanthling, reino de la Gran Bretaña, afeitado y acurrucado junto a un brasero de hierro inglés, un desconocido para quienquiera que escuche, menos para la Historia. Y menos para mí.
¿Cómo es Buenos Aires, mi general?
Lluviosa como un recuerdo."

jueves, 3 de agosto de 2017

Vencidos de León Felipe



Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...

martes, 1 de agosto de 2017

Luces del norte de Paul Auster



Éstas son las palabras
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desaparecer

en el mundo. Inalcanzable
luz
que preside la tierra, alimentando
el breve milagro

del ojo abierto...

y el día que habrá de extenderse
como un fuego de hojas
por entre el primer viento frío
de octubre

consumiendo al mundo

en la sencilla habla
del deseo.
en Pista de despegue.