viernes, 29 de diciembre de 2017

Himno de regreso a Jauja de Mezo Bigarrena


 
La patria con su cabeza apuñalada,
sus piernas chuecas embarradas.
Te vuelve a abrir su corazón, con temor

Banderas con los colores de la fiesta,
te invitan a dormir la siesta.
Para que olvides el olor del terror

Los campos aun continúan alambrados,
y los ladrones perfumados,
tranquilos te hablan de la paz y el amor.

Hermano, están haciendo las maletas,
para olvidarse de esas jetas.
Que nunca cambiaran de verso, ni de flor.

Parece que hay que empezar donde quedamos,
para barrer a esos amos.
Que no reparten el botín ni el pan.

El hambre hara que seas una fiera,
para que tu pueblo no muera,
en los caminos del exilio sin final.

La patria con su cabeza apuñalada,
sus piernas chuecas embarradas,
te vuelve a abrir su corazón con temor.

Banderas con los colores de la fiesta,
te invitan a dormir la siesta.
Para que olvides el olor del horror.

La paz a sido decretada, se prohíbe el rencor.
Quien quede vivo que le rece al redentor,
se han sepultado años de luto de abuso y de horror,
hay que vivir en armonía con el traidor.

Y en la radio se escucha
una música en inglés
que nadie entiende, but it sound so nice
para que digas: ¡oh yes!

Hay que olvidar la mala leche
pues la cosa es como es.
No te preocupes si el mundo está al revés.

La cosa es ir sobreviviendo
no te importe el stress.
Aunque andes como un juguete japonés.

Verás que Dios castiga allá
al que aquí tenga el perdón
ocúpate de tus asuntos
and just be happy, please, come on.

La paz a sido decretada, se prohibe el rencor.
Quien quede vivo que le rece al redentor,
se han sepultado años de luto de abuso y de horror,
hay que vivir en armonía con el traidor

Y en la radio se escucha
una música en inglés
que nadie entiende, but it sound so nice
para que digas: ¡oh yes!

martes, 26 de diciembre de 2017

Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

lunes, 25 de diciembre de 2017

El rayo que no cesa de Miguel Hernández


¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.


jueves, 21 de diciembre de 2017

Zama de Antonio Di Benedetto

Salí de la ciudad, ribera abajo, al encuentro solitario del barco que aguardaba, sin saber cuándo vendría.
Llegué hasta el muelle viejo, esa construcción inexplicable, puesto que la ciudad y su puerto siempre estuvieron donde están, un cuarto de legua arriba.
Entreverada entre sus palos, se manea la porción de agua del río que entre ellos recae.
Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, con precisión, un mono muerto, todavía completo y no descompuesto. El agua, ante el bosque, fue siempre una invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono. El agua quería llevárselo y lo llevaba, pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí estaba él, por irse y no, y ahí estábamos.
Ahí estábamos, por irnos y no.

martes, 12 de diciembre de 2017

Tortugas y cronopios de Julio Cortázar



Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural.

Las esperanzas lo saben, y no se preocupan. Los famas lo saben, y se burlan.

Los cronopios lo saben, y cada vez que se encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

La primera noche de Vladimir Maïakovski

"La primera noche, ellos se acercan 
y toman una flor de nuestro jardín.
No decimos nada.
La segunda noche ya no se esconden, 
pisan las flores, matan nuestro perro y no decimos nada.
Hasta que un día, el más frágil de ellos, 
entra solo a nuestra casa, nos roba la luna,
y conociendo nuestro miedo, 
nos arranca la voz de la garganta,
y porque no dijimos nada,
ya no podemos decir nada."

martes, 21 de noviembre de 2017

105 - Morelliana de Julio Cortázar


Pienso en los gestos olvidados, en los múltiples ademanes y palabras de los abuelos, poco a poco perdidos, no heredados, caídos uno tras otro del árbol del tiempo. Esta noche encontré una vela sobre una mesa, y por jugar la encendí y anduve con ella en el corredor. El aire del movimiento iba a apagarla, entonces vi levantarse sola mi mano izquierda, ahuecarse, proteger la llama con una pantalla viva que alejaba el aire. Mientras el fuego se enderezaba otra vez alerta, pensé que ese gesto había sido el de todos nosotros (pensé nosotros y pensé bien, o sentí bien) durante miles de años, durante la Edad del Fuego, hasta que nos la cambiaron por la luz eléctrica. Imaginé otros gestos, el de las mujeres alzando el borde de las faldas, el de los hombres buscando el puño de la espada. Como las palabras perdidas de la infancia, escuchadas por última vez a los viejos que se iban muriendo. En mi casa ya nadie dice «la cómoda de alcanfor», ya nadie habla de «las trebes» —las trébedes—. Como las músicas del momento, los valses del año veinte, las polkas que enternecían a los abuelos.
Pienso en esos objetos, esas cajas, esos utensilios que aparecen a veces en graneros, cocinas o escondrijos, y cuyo uso ya nadie es capaz de explicar. Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Sólo en sueños, en la poesía, en el juego —encender una vela, andar con ella por el corredor— nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos.
Julio Cortázar. Rayuela.




miércoles, 15 de noviembre de 2017

El autobús de Leonard Cohen


Fui el último pasajero del día.
Estaba solo en el autobús.
Me sentía contento de que se estuvieran gastando tanto dinero
sólo para llevarme por la Octava Avenida arriba.
¡Conductor! Grité, estamos usted y yo esta noche.
huyamos de esta gran ciudad
a una ciudad más pequeña más propia para el corazón,
conduzcamos más allá de las piscinas de Miami Beach,
usted en el asiento del conductor,
yo varios asientos más atrás,
pero en las ciudades racistas cambiaremos de lugar
para mostrar lo bien que le ha ido arriba en el norte,
y busquemos para nosotros
alguna diminuta villa pesquera americana
en la Florida desconocida
y aparquemos justamente al borde de la arena,
un enorme autobús como una señal,
metálico, pintado, solitario,
con matrícula de Nueva York.

 De "Flores para Hitler"


The bus

I was the last passenger of the day,
I was alone on the bus,
I was glad they were spending all that money
just getting me up Eighth Avenue.
Driver! I shouted, it’s you and me tonight,
let’s run away from this big city
to a smaller city more suitable to the heart,
let’s drive past the swimming pools of Miami Beach,
you in the driver’s seat, me several seats back,
but in the racial cities we’ll change places
so as to show how well you’ve done up North,
and let us find ourselves some tiny American fishing village
in unknown Florida
and park right at the edge of the sand,
a huge bus pointing out,
metallic, painted, solitary,
with New York plates.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Colectivos tapados de polvo de Miguel Angel Petrecca


Colectivos tapados de polvo
desde Avellaneda, Burzaco, Banfield,
desde La plata, Temperley, Bosques,
vienen día y noche, van y vienen,
carros de cartoneros, combis, autos,
motos con encomiendas y cartas,
camiones como hormigas con su container,
y camiones de basura en la madrugada
hacia provincia a enterrar su carga,
vienen y van, patrullas, ambulancias,
carros atmosféricos y de bomberos,
todos con sus sirenas y sus luces,
colectivos repletos, tambaleantes,
hacia Paso del Rey, Moreno, Ezeiza,
Lomas de Zamora, Quilmes, Echeverría,
van a paso de hombre, de tortuga,
en los cuellos de botella detenidos,
en peajes, en piquetes, en barreras,
van con gente en el estribo trenes,
algunos ya sin las persianas metálicas
codiciadas por la industria de la refundición,
otros con las persianas cascoteadas
a su paso desde el borde de las villas,
van el Gran Capitán, el Tucumano
y el ramal a Córdoba recién reabierto,
el Belgrano, el Sarmiento, el Sanmartín,
y el Belgrano cargas, lentísimo,
todo un montón de hierro viejo,
van ómnibus de larga distancia
medio vacíos fuera de la temporada
hacia los balnearios vacíos y últimos,
hacia los pequeños oasis de las YPF,
van con sus choferes cansados que cabecean
en medio de la ruta soñando un accidente,
despertándose un segundo antes para evitarlo,
van con trabajadores golondrina,
con viajantes de comercio y turistas,
van con familias nómades y fugitivos,
por las rutas provinciales y nacionales,
polvorientos por caminos de ripio
que registran solo los mapas mentales,
van hacia las salinas y los yacimientos,
bordeando las vías muertas de tren,
entre medio de los campos de soja,
van con el sol calentando la carrocería
o una tenue luz de minero en la frente
de noche, por un túnel subfluvial,
van hacia las villas, hacia los villorrios,
hacia las últimas poblaciones perdidas,
van hacia una ciudad recién fundada.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Los nadies de Eduardo Galeano


Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Canción de las simples cosas de Armando Tejada Gómez




Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas,
o mismo que un árbol que en tiempo de otoño se queda sin hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,
esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.


Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida,
y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.


Demórate aquí, en la luz mayor de este mediodía,
donde encontrarás con el pan al sol la mesa tendida.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Cada día de William Carlos Williams


Cada día al ir hacia mi auto
atravieso un jardín
y a menudo querría que Aristóteles
se hubiera detenido a
considerar el poema ditirámbico,
o que se conservaran sus apuntes.
Rústica hierba afea el bello prado
mientras miro a diestra y siniestra
tic toc...
Y a diestra y siniestra las hojas
crecen en el joven duraznero
por el esbelto tronco.
Ninguna rosa es segura, cada rosa es una
y esta, distinta de otra,
abierta del lodo, casi como un plato
sin taza. Pero es una rosa, color
de rosa. Se la siente rotar lentamente
sobre su tallo espinoso.
 
Versión de Alberto Girri

viernes, 27 de octubre de 2017

Versos a Susana de Raúl González Tuñón


Un puerto y otro puerto y otro, tal vez mañana
veré otros, lejanos, muy lejanos.
Sirve café, sirve café, Susana.

Yo adoro la blancura de tus manos.
La calle es una exclamación inquieta;
la madama está echando los cerrojos.

Déjame ver tu cara, tu careta.
Yo adoro la dulzura de tus ojos.

La flauta del grumete se ha callado
pero el silencio ha sido agujereado
por el filoso alerta de la ronda.

Un parroquiano... Dile que no entre.
Me ahoga el humo de una pena honda.
Y yo alabo el cansancio de tu vientre.

martes, 24 de octubre de 2017

A solas con todo el mundo de Charles Bukowski


La carne cubre el hueso
Y dentro le ponen
Un cerebro y
A veces un alma,
Y las mujeres arrojan
Jarrones contra las paredes
Y los hombres beben
Demasiado
Y nadie encuentra al
Otro
Pero siguen
Buscando
De cama
En cama.
La carne cubre
el hueso y la
carne busca
algo más que
carne.
No hay ninguna
Posibilidad:
Estamos todos atrapados
Por un destino
Singular.
Nadie encuentra jamás
Al otro.
Los tugurios se llenan
Los vertederos se llenan
Los manicomios se llenan
Los hospitales se llenan
Las tumbas se llenan
Nada más
Se llena.

jueves, 19 de octubre de 2017

La más sabia de todas las sabidurías reside en la actitud de Bertolt Brecht



Un profesor de filosofía acudió a la casa del señor Keuner para mostrarle su saber. Pasado un rato, el señor Keuner le dijo: –Estás sentado de una manera incómoda, hablas incómodamente, piensas incómodamente. Encrespado, el profesor de filosofía respondió: –No se refería a mí lo que yo quería saber, sino al contenido de lo que estaba diciendo. No tiene ningún sentido -dijo el señor Keuner–. Andas con torpeza y no he visto que tus pasos te condujeran a ninguna parte. Hablas de manera oscura y tu conversación no ha arrojado ninguna luz. Basta ver tu actitud para perder las ganas de conocer tu objetivo.

De "Historias del señor Keuner"

sábado, 14 de octubre de 2017

La poesía es un arma cargada de futuro de Gabriel Celaya


Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.

Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.

Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.

Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.

Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

sábado, 7 de octubre de 2017

El canto de las runas de "Cantos nórdicos de los siglos IX al XIII" Anónimo


Del árbol que los vientos llenan de altos rumores
nueve noches enteras
pendí: me herí a mí mismo con la que era mi lanza,
y yo mismo a mí mismo me ofrecí, Odin a Odin
y consagréme al árbol
de las desconocidas y profundas raíces.
Ni el pan gusté siquiera, ni gusté la hidromiel,
antes bien, inclinado hacia abajo buscaba
las runas que debían darme el significado,
y así, para explicarlas, me arrojé sobre el suelo.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Poema 8 en Espantapájaros de Oliverio Girondo

Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?
El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia… de un egoísmo… de una falta de tacto…
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

domingo, 24 de septiembre de 2017

En la Montaña, Respuesta al Hombre Vulgar de Li Po



Me preguntas por qué vivo en las montañas verdes,
sonrío pero no respondo, mi corazón está despreocupado.
Durazneros y aguas que fluyen quedaron atrás hace tiempo,
tengo otro mundo, no el mundo de los hombres.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

"Nosotros decimos no" de Eduardo Galeano.


Nosotros decimos no al elogio del dinero y de la muerte. Decimos no a un sistema que pone precio a las cosas y a la gente, donde el que más tiene es el que más vale, y decimos no a un mundo que destina a las armas de guerra dos millones de dólares cada minuto, mientras cada minuto mata treinta niños por hambre o enfermedad curable. La bomba de neutrones que salva a las cosas y aniquila a la gente, es un perfecto símbolo de nuestro tiempo. Para el asesino sistema que convierte en objetivos militares a las estrellas de la noche, el ser humano no es más que un factor de producción y de consumo y un objeto de uso; el tiempo, no más que un recurso económico; y el planeta entero una fuente de renta que debe rendir hasta la última gota de su jugo. Se multiplica la pobreza para multiplicar la riqueza, y se multiplican las armas que custodian esa riqueza, riqueza de poquitos, y que mantienen a raya la pobreza de todos los demás, y también se multiplica, mientras tanto, la soledad: nosotros decimos no a un sistema que no da de comer ni da de amar, que a muchos condena al hambre de comida y a muchos más al hambre de abrazos.

Prólogo del libro: "Nosotros decimos no" de Eduardo Galeano.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Visita de Oliverio Girondo


No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".


de Persuación de los Días - 1942

miércoles, 6 de septiembre de 2017

La Biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges (Frag.)


Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, la primera impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores de un tesoro intacto y secreto. No había problema personal o mundial cuya elocuente solución no existiera: en algún hexágono. El universo estaba justificado, el universo bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de la esperanza. En aquel tiempo se habló mucho de las Vindicaciones: libros de apología y de profecía, que para siempre vindicaban los actos de cada hombre del universo y guardaban arcanos prodigiosos para su porvenir. Miles de codiciosos abandonaron el dulce hexágono natal y se lanzaron escaleras arriba, urgidos por el vano propósito de encontrar su Vindicación. Esos peregrinos disputaban en los corredores estrechos, proferían oscuras maldiciones, se estrangulaban en las escaleras divinas, arrojaban los libros engañosos al fondo de los túneles, morían despeñados por los hombres de regiones remotas. Otros se enloquecieron... Las Vindicaciones existen (yo he visto dos que se refieren a personas del porvenir, a personas acaso no imaginarias) pero los buscadores no recordaban que la posibilidad de que un hombre encuentre la suya, o alguna pérfida variación de la suya, es computable en cero.

También se esperó entonces la aclaración de los misterios básicos de la humanidad: el origen de la Biblioteca y del tiempo. Es verosímil que esos graves misterios puedan explicarse en palabras: si no basta el lenguaje de los filósofos, la multiforme Biblioteca habrá producido el idioma inaudito que se requiere y los vocabularios y gramáticas de ese idioma. Hace ya cuatro siglos que los hombres fatigan los hexágonos... Hay buscadores oficiales, inquisidores. Yo los he visto en el desempeño de su función: llegan siempre rendidos; hablan de una escalera sin peldaños que casi los mató; hablan de galerías y de escaleras con el bibliotecario; alguna vez, toman el libro más cercano y lo hojean, en busca de palabras infames. Visiblemente, nadie espera descubrir nada.

martes, 5 de septiembre de 2017

5 de Ahmad al-Shahawy


¿Por qué me gusta el papel blanco?
¿Y la tinta negra?
¿Y el color negro?
¿Y el pelo negro?
¿Y la poesía negra?
¿Y el negro lecho?
Me alegra acariciar con los dedos
las hierbas negras que nadan en las aguas del corazón
y arraigan en la puerta de entrada.

domingo, 3 de septiembre de 2017

VIAJE de Wole Soyinka



Aunque llegué al final del viaje,
jamás sentí que hubiera llegado.
tomé la carretera
que sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
incluso a descender a la tierra que conduce a casa. Yo sé
que mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
para el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
yo los dejé atrás en mi ruta.
Y así también con el pan y el vino
necesito la repartición de derrota y carestía
yo los dejé atrás en mi ruta
jamás sentí que hubiera llegado
aunque amor y bienvenida me atrapan en casa
los usurpadores pasan mi copa en cada
banquete como en una última cena.
.
Traducción de Rafael Patiño

jueves, 24 de agosto de 2017

Los justos de Jorge Luis Borges


Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

martes, 15 de agosto de 2017

CIII (Naga uta) de Kakinomoto No Hitomaro


En el mar, vestido de yedra, de Iwami,
Cerca del cabo de Kara,
El alga miru de las profundidades
Crece en los arrecifes hundidos;
La enjoyada maraña marina
Crece en la playa rocosa.
Agitándose como la enjoyada maraña
Marina, mi amada yacía conmigo,
Mi amada, por la que siento un fervor
Profundo como el océano donde crece la miru
Sólo dormimos juntos unas pocas
Noches maravillosas y después
Tuve que separarme de ella.
Fue como separar enredaderas trenzadas.
Mis entrañas están enredadas.
Con la pena de mi corazón
La añoro y miro hacia atrás.
Una maraña de hojas de colores
Baja por el monte Watari.
Ya no puedo ver el agitarse
De sus mangas al despedirme.
La luna corre por entre las nubes
Y por encima de la casita
De la luna de miel en el monte Yagami.
El sol en el ocaso se ha ocultado.
Ya se va extinguiendo la luz.
Yo creí ser un hombre valiente.
Pero traigo mis delgadas mangas
Empapadas de lágrimas.

sábado, 12 de agosto de 2017

The farmer de Andrés Rivera


"Miro mi cara en el espejo.
Me afeito cada ocho días, bajo este cielo que no es mío.
La navaja corre por mis mejillas: buen filo el de mi navaja.
Mi pulso es, todavía, de hierro.
¿Por qué hay lágrimas en mis ojos? ¿Por qué tiemblan mis labios?
Manuelita me afeitaba, hasta esa medianoche de 1852, los siete días de la semana, sin faltar uno, cuando el reloj daba las 5:30 de la mañana.
Yo no necesitaba espejos.
Yo, que fui el guardián del sueño de los otros.
Yo, de quien la mejor pluma argentina de este siglo, escribió:
Hace el mal sin pasión.
El señor Domingo Faustino Sarmiento escribió, además:
En obsequio a la verdad histórica, nunca hubo gobierno más popular, más deseado ni más bien sostenido por la opinión, y su plebiscito fue la imagen de su triunfo más amplio. ¿Sería acaso que los disidentes no votaron? Nada de eso: no se tiene aún noticia que ciudadano alguno no fuese a votar; los enfermos se levantaron de la cama para ir a dar su asentimiento.
Al señor Sarmiento le falta agregar que el plebiscito se realizó los días 26, 27 y 28 de marzo de 1835 y, por 9.320 votos contra 8, la ciudad y la provincia de Buenos Aires me otorgaron facultades extraordinarias para gobernar.
El Mal, en mi boca y por mi brazo, fue orden y justicia. Lo digo aquí, en tierra extranjera, para quienquiera escucharme, Dios incluido.
El señor Domingo Faustino Sarmiento, que escribió acerca de ese unánime pronunciamiento, no le puso fecha a lo que escribió.
La verdad no vive en el calendario.
El señor Domingo Faustino Sarmiento fue, a veces, la mejor cabeza argentina de este siglo.
Y, ahora, yo, gobernador-propietario de la provincia más extensa y rica de América, de la América española, estoy aquí, en el condado de Swanthling, reino de la Gran Bretaña, afeitado y acurrucado junto a un brasero de hierro inglés, un desconocido para quienquiera que escuche, menos para la Historia. Y menos para mí.
¿Cómo es Buenos Aires, mi general?
Lluviosa como un recuerdo."

jueves, 3 de agosto de 2017

Vencidos de León Felipe



Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...

martes, 1 de agosto de 2017

Luces del norte de Paul Auster



Éstas son las palabras
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desaparecer

en el mundo. Inalcanzable
luz
que preside la tierra, alimentando
el breve milagro

del ojo abierto...

y el día que habrá de extenderse
como un fuego de hojas
por entre el primer viento frío
de octubre

consumiendo al mundo

en la sencilla habla
del deseo.
en Pista de despegue.

domingo, 30 de julio de 2017

Del Nuevísimo Disionario Ensiclopédico del CASTELIANO de césaR brutO


ANBISION: Palabra berval de tiempo presente y indicativa de unas ganas locas de venirse inportante, ya sea por medio de la platA, ya sea por medio del poder o ya sea por lo que sea, lanbisióN viene a ser como un bichito que agarra y se va metiendo de a poco adentro del honbre, por no desir tamién de la muger, y lo hase haser las cosas más troculentaS para conseguir el odgeto anbisionado, el cual jeneralmente es lanbisióN de mandar y que todo el mundO sincline respetoso y aguante cualquiera macana con una sonrisa desastifasión arriba de los labio. Esta palabra me viene opíparamente, porque hay un lebtor que me pidió que lesplique lo que sidnifica alsibíadeS, lo cual yo, de primera vista, pensé de quera algo del ingléS o del galisismO, pero mi tío aquileZ me sacó de mentira a verdá disiéndome de que alsibíadeS era el nonbre de un senior griego (y además del tiempo de antes, para ebitar líos), el cual senior griego pasó a la historia por ser de lo más anbisioso que se puede pedir, y hasta llegó a disfrasarse de democráticO para tener más mando y poder mejor haser de las súlias. Hay una linda, bélia y hermosa moraleja que dise que alsibíadeS tenía un perrO que le costó una ponchada de $$$$ por ser de rasA, y que un día, de buenas a primera, de un nabajaso le hiso saltar la cola, o sea que cuando alsibíadeS agarró y salió a pasear con el animalito toda la jente griega no hasía más que desir: -¡Ho, el perrO de alsibíadeS no tiene cola!... y otro preguntaba: -?Cómo es que se arreglará el perrO de alsibíadeS para sacudirse las moscA o saludar contento cuando alguno le hase una carisia¿... hasta que, a la final, un amigo le fue a preguntar al anbisioso melitaR griego: -?Porqué le cortó la cola a su perrO, don alsibíadeS¿... y el sofaifa le contestó: -Para que todos los papanata del pueblo se ocupen dese asunto, dejándo demientras tanto de ocuparse de lo que yo hago..., o sea más o meno lo que pasa en alguno paíx deuropA, que cuando la jente anda por alborotarse por culpa de alguna martingalA gorda que le hase el gobiernO, sienpre tienen a mano ya sea un choque de treN, ya sea un eclibsE, o ya sea un lindo crímen, para quentonses los paparulos sentusiasmen, y endemientras se ocupan del misterio de los plato boladoR, por egenplo, se olvidan de los lindos chanchulios que les preparan los que cortan el bacaladO. ¡Es tan grande el mundO en todos sus aspedto!.


miércoles, 26 de julio de 2017

Nota XII de Juan Gelman



a Manuel Scorza

Los sueños rotos por la realidad
Los compañeros rotos por la realidad/
Los sueños de los compañeros rotos
¿Están verdaderamente rotos / perdidos / nada
se pudren bajo tierra? / ¿su rota luz
diseminada a pedacitos bajo tierra? / ¿alguna vez
los pedacitos se van a juntar?
¿va a haber la fiesta de los pedacitos que se reúnen?
Y los pedacitos de los compañeros / ¿alguna vez se juntarán?
¿caminan bajo tierra para juntarse un día como dice manuel? / ¿se
 juntarán un día?
De esos amados pedacitos está hecha nuestra concreta soledad /
Per / dimos la suavidad de paco / la tristeza de haroldo /  la lucidea de
/ rodolfo / el coraje de tantos
ahora son pedacitos desparramados bajo todo el país
hojitas caídas del fervor / la esperanza / la fe /
pedacitos que fueron alegría / combate / confianza
en sueños / sueños / sueños / sueños
y los pedacitos rotos del sueño / ¿se juntarán alguna vez?
¿se juntarán algún día / pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?

martes, 25 de julio de 2017

Run Run Se Fué Pa'l Norte de Violeta Parra



En un carro de olvido,
antes del aclarar,
de una estación del tiempo
decidido a rodar,
Run Run se fue pa'l norte,
no sé cuándo vendrá;
vendrá para el cumpleaños
de nuestra soledad.
A los tres días carta
con letras de coral
me dice que su viaje
se alarga más y más,
se va de Antofagasta
sin dar una señal,
y cuenta una aventura
que paso a deletrear.
¡Ay, ay, ay, de mí!

Al medio de un gentío
que tuvo que afrontar,
un trasbordo por culpa
del último huracán,
en un puente quebrado
cerca de Vallenar,
con una cruz al hombro
Run Run debió cruzar.
Run Run siguió su viaje;
llegó a Vallenar.
Sentado en una piedra
se puso a divagar
"que sí", "que esto", "que lo otro",
"que nunca", "que además",
"que la vida es mentira",
"que la muerte es verdad".
¡Ay, ay, ay, de mí!

La cosa es que una alforja
se puso a trajinar,
sacó papel y tinta,
y un recuerdo quizás;
sin pena ni alegría,
sin gloria ni piedad,
sin rabia ni amargura,
sin hiel ni libertad,
vacía como el hueco
del mundo terrenal,
Run Run mandó su carta
por mandarla no más.
Run Run se fue pa'l norte,
yo me quedé en el sur;
al medio hay un abismo
sin música ni luz.
¡Ay, ay, ay, de mí!

El calendario afloja
por las ruedas del tren;
los números del año,
por el filo del riel.
Más vueltas dan los fierros,
más nubes en el mes,
más largos son los rieles,
más agrio es el después.
Run Run se fue pa'l norte,
¡qué le vamos a hacer!
Así es la vida entonces,
espinas de Israel;
amor crucificado,
coronas del desdén,
los clavos del martirio,
el vinagre y la hiel.
¡Ay, ay, ay, de mí!

viernes, 21 de julio de 2017

XIV, de Espantapájaros de Oliverio Girondo



" Mi abuela -que no era tuerta- me decía:
Las mujeres cuestan demasiado trabajo o no valen la pena. ¡Puebla tu sueño con las que te gusten y serán tuyas mientras descansas!
No te limpies los dientes, por lo menos, con los sexos usados. Rehúye, dentro de lo posible, las enfermedades venéreas, pero si alguna vez necesitas optar entre un premio a la virtud y la sífilis, no trepides un solo instante:
¡El mercurio es mucho menos pesado que la abstinencia!
Cuando unas nalgas te sonrían, no se lo confíes ni a los gatos. Recuerda que nunca encontrarás un sitio mejor donde meter la lengua que tu propio bolsillo, y que vale más un sexo en la mano que cien volando.
Pero a mi abuela le gustaba contradecirse, y después de pedirme que le buscara los anteojos que tenía sobre la frente, agregaba con voz de daguerrotipo:
La vida -te lo digo por experiencia- es un largo embrutecimiento. Ya ves en el estado y en el estilo en que se encuentra tu pobre abuela. ¡Si no fuese por la esperanza de ver un poco mejor después de muerta!.
La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas. Poco a poco nos aprisiona la sintaxis, el diccionario, y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles. Cuando una tía nos lleva de visita, saludamos a todo el mundo, pero tenemos verguenza de estrecharle la mano al señor gato, y más tarde, al sentir deseos de viajar, tomamos un boleto en una agencia de vapores, en vez de metamorfosear una silla en un transatlántico.
Por eso -aunque me creas completamente chocha- nunca me cansaré de repetirte que no debes renunciar ni a tu derecho de renunciar. El dolor de muelas, las estadísticas municipales, la utilización del aserrín, de la viruta y otros desperdicios, pueden proporcionarnos una satisfacción insospechada. Abre los brazos y no te niegues al clarinete, ni a las faltas de ortografía.
Confecciónate una nueva virginidad cada cinco minutos y escucha estos consejos como si te los diera una moldura, pues aunque la experiencia sea una enfermedad que ofrece tan poco peligro de contagio, no debes exponerte a que te influencie ni tan siquiera tu propia sombra. ¡La imitación ha prostituido hasta a los alfileres de corbata! "

lunes, 17 de julio de 2017

Garrincha de Eduardo Galeano.



Alguno de sus muchos hermanos lo bautizó Garrincha, que es el nombre de un pajarito inútil y feo. Cuando empezó a jugar al futbol, los médicos le hicieron la cruz, diagnosticaron que nunca llegará a ser un deportista este anormal, este pobre resto del hambre y de la poliomelitis, burro y cojo, con un cerebro infantil, una columna vertebral hecha una S y las dos piernas torcidas para el mismo lado.
Nunca hubo un puntero derecho como él. En el Mundial del 58 fue el mejor de su puesto. En el Mundial del 62, el mejor jugador del campeonato. Pero a lo largo de sus años en las canchas, Garrincha fue mas: él fue el hombre que dio mas alegrias en toda la historia del futbol.
Cuando él estaba allí, el campo de juego era un picadero de circo, la pelota un bicho amaestrado, el partido, una invitacion a la fiesta. Garrincha no se dejaba sacar la pelota, niño defendiendo su mascota, y la pelota y él cometían diabluras que mataban de risa a la gente; él saltaba sobre ella, ella brincaba sobre él, ella se escondía, él se escapaba, ella lo corría. Garrincha ejerc ía sus picardías de malandra a la orilla de la cancha, sobre el borde derecho, lejos del centro; criado en los suburbios, en los suburbios jugaba. Jugaba para un club llamado Botafogo, que significa prendefuego, y ése era él; el botafogo que encendía los estadios, loco por el aguardiente y por todo lo ardiente, el que huía de las concentraciones, escapándose por la ventana, porque desde los lejanos andurriales lo llamaba alguna pelota que pedía ser jugada, alguna música que exigía ser bailada, alguna mujer que quería ser besada.
¿Un ganador? Un perdedor con buena suerte. Y la buena suerte no dura. Bien dicen en Brasil que si la mierda tuviera valor, los pobres nacerían sin culo.
Garrincha murió de su muerte: pobre, borracho y solo.
 de "El fútbol a sol y sombra"

miércoles, 12 de julio de 2017

El Subversivo de Armando Tejada Gómez.


Un día,
el pobre tipo
empleado o jornalero
ése que anda a los tumbos
y de la cuarta
al pértigo,
el que ha visto llover
y llover
y llover
sobre su lomo gris
y su triste sombrero;
ése,
el tipo a destajo
que vive de segunda
como el padre del padre
de su anónimo abuelo:
el buen contribuyente
de la cola de acémilas,
aquél,
el locatario
con su ataúd de deudas,
ese que viaja en ómnibus
o en tren la vida entera;
un día,
cualquier día
de mascar la impotencia,
va a agotar,
va a gastar,
va a perder la paciencia:
esa última,
oscura rebelión
que le queda.
Un día el subversivo,
va a empuñar la impaciencia.
El tipo es un peligro:
tiene un arma secreta.

domingo, 9 de julio de 2017

Lucas y sus patrioterismos de Julio Cortázar.


De mi pasaporte me gustan las páginas de las renovaciones y los sellos de visados redondos / triangulares / verdes / cuadrados / negros / ovalados / rojos; de mi imagen de Buenos Aires el transbordador sobre el Riachuelo, la plaza Irlanda, los jardines de Agronomía, algunos cafés que acaso ya no están, una cama en un departamento de Maipú casi esquina Córdoba, el olor y el silencio del puerto a medianoche en verano, los arboles de la plaza Lavalle.
Del país me queda un olor de acequias mendocinas, los álamos de Uspallata, el violeta profundo del cerro de Velasco en La Rioja, las estrellas chaqueñas en Pampa de Guanacos yendo de Salta a Misiones en un tren del año cuarenta y dos, un caballo que monte en Saladillo, el sabor del Cinzano con ginebra Gordon en el Boston de Florida, el olor ligeramente alérgico de las plateas del Colón, el superpullman del Luna Park con Carlos Beulchi y Mario Díaz, algunas lecherías de la madrugada, la fealdad de la Plaza Once, la lecture de Sur en los años dulcemente ingenuos, las ediciones a cincuenta centavos de Claridad, con Roberto Arlt y Castelnuovo, y también algunos patios, claro, y sombras que me callo, y muertos.

miércoles, 5 de julio de 2017

Ancho en París de Juan Gelman


Al que extraño es al viejo león del zoo,
siempre tomábamos café en el Bois de Boulogne,
me contaba sus aventuras en Rhodesía del Sur
pero mentía, era evidente que nunca se había movido del
Sahara.
De todos modos me encantaba su elegancia,
su manera de encogerse de hombros ante las pequeñeces
de la vida,
miraba a los franceses por la ventana del café
y decía "los idiotas hacen hijos".
Los dos o tres cazadores ingleses que se había comido
le provocaban malos recuerdos y aun melancolía,
“las cosas que hace uno para vivir" reflexionaba
mirándose la melena en el espejo del café.
Sí, lo extraño mucho,
nunca pagaba la consumición,
pero indicaba la propina a dejar
y los mozos lo saludaban con especial deferencia.
Nos despedíamos a la orilla del crepúsculo,
él regresaba a son bureau, como decía,
no sin antes advertirme con una pata en mi hombro
"ten cuidado, hijo mío, con el París nocturno".
Lo extraño mucho verdaderamente,
sus ojos se llenaban a veces de desierto
pero sabía callar como un hermano
cuando emocionado, emocionado,
yo le hablaba de Carlitos Gardel.

viernes, 30 de junio de 2017

La más sabia de todas las sabidurías reside en la actitud - Bertolt Brecht



Un profesor de filosofía acudió a la casa del señor Keuner para mostrarle su saber. Pasado un rato, el señor K. le dijo: -Estás sentado de una manera incómoda, hablas incómodamente, piensas incómodamente. Encrespado, el profesor de filosofía respondió: -No se refería a mí lo que quería saber, sino al contenido de lo que estaba diciendo. No tiene ningún sentido -dijo el señor Keuner-. Andas con torpeza y no he visto que tus pasos condujeran a ninguna parte. Hablas de manera oscura y tu conversación no ha arrojado ninguna luz. Basta con ver tu actitud para perder las ganas de conocer tu objetivo.
Bertold Brecht. Historias del señor Keuner. Barral Editores, 1974

lunes, 26 de junio de 2017

poemas e.e.cummings



puesto que sentir es lo primero
quien preste alguna atención
a la sintaxis de las cosas
nunca te besará del todo;

ser del todo un tonto
mientras la Primavera está en el mundo

mi sangre aprueba,
y los besos son un destino mejor
que la sabiduría
señora lo juro por todas las flores.   No llores
-el mejor gesto de mi cerebro es menos
que el parpadeo de tus pestañas que dice

somos el uno para el otro: entonces
ríe, recostada entre mis brazos
porque la vida no es un párrafo

y la muerte pienso no es ningún paréntesis.

Traducción de Santiago Perednik  


jueves, 22 de junio de 2017

El meteoro de Jaques Prevert



Entre los barrotes de los locales disciplinarios
una naranja
pasa como un relámpago
y cae en la tinaja
como una piedra
Y el prisionero
todo salpicado de mierda
resplandece
Ella no me ha olvidado
Ella siempre piensa en mí.
                                          (histoires)

sábado, 17 de junio de 2017

Diálogo sobre un diálogo de Jorge Luis Borges


A. –Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja... Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.
Z (burlón). –Pero sospecho que al final no se resolvieron.
A (ya en plena mística). –Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.
Jorge Luis Borges, el Hacedor.

domingo, 11 de junio de 2017

La verdad es la única realidad de Francisco "Paco" Urondo



Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe
bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la
explotación o de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos
hijos, aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el angelus eterno y siniestro en una brigada de
policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen
necesariamente el presente, pero pertenecen a
la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo
inmenso cubriendo la Patagonia
porque las
masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad,
como
la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la
convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver
después del peligro
como los designios de todo un pueblo que
marcha hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a
defenderse, a rescatar lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la
realidad.

Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973

sábado, 10 de junio de 2017

LXXII de Juan Gelman


con amenazas y promesas con veneno y ajenjo
los albañiles edificaron la casa del rey
y después no pudieron holgar porque
vino la muerte a darles otro empleo
los albañiles le dijeron a la huesuda
no nos lleves hay qué hacer todavía
hay que revocar a fino las paredes hay que
limpiar las manchas de cal los carpinteros
tenían que mejorar el acabado
de las puertas los marcos de las puertas
los pintores no habían terminado de pintar
¿cómo nos vas a tomar ahora? le decían
pero la muerte dijo que
necesitaba un palacio como aquél y más
bello que aquél y quería que trabajaran para ella y
los empezó a separar por oficio
hasta que llegó a Hiranyaka el mejor
de los albañiles autor de paredes famosas y cuando
lo iba a pasar al otro lado le preguntó
¿dónde está tu corazón?
tiene que venir también tu corazón
no lo tengo contestó Hiranyaka
ha hecho su casa en una mujer

miércoles, 7 de junio de 2017

A veces, a tu lado... de Macedonio Fernández




















A veces, a tu lado,
se entrecierran tus ojos y me olvidan ....

Olvidado y cerca de tí
soy como quien quedó en la noche
a la cabecera de un amor que se ha dormido.
Pero no duermes, partes; amas siempre, pero no
a mí.
Vigilo entonces
la anudación que se labra entre nuestras horas
y ardientemente busco
echar, sin que lo sepas,
nuevo nudo, invisible y el más fuerte.
Mas no puedo trabarlo cuando ya has tornado.

Y siempre quedaré temiendo
ese pasado tuyo que vuelve,
ese presente tuyo que me quitas.



Macedonio Fernández en ''Poemas''
De: Ediciones Corregidor.

lunes, 5 de junio de 2017

Gente de Hamlet Lima Quintana



Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales:
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca guirnaldas;
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entre casa.

Hay gente que con sólo abrir la boca
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después como si nada
y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.

domingo, 4 de junio de 2017

El negador de milagros Anónimo.


Chu Fu Tze, negador de milagros, había muerto; lo velaba su yerno.
Al amanecer, el ataúd se elevó y quedó suspendido en el aire, a dos cuartas del suelo. El piadoso yerno se horrorizó.
-Oh, venerado suegro -suplicó- no destruyas mi fe de que son imposibles los milagros.
El ataúd, entonces, descendió lentamente, y el yerno recuperó la fe.


En Antología de la Literatura Fantástica. Borges, Ocampo, Bioy Casares

El péndulo de Foucault (1988) de Umberto Eco. (fragmento)



Pues bien. En el mundo están los cretinos, los imbéciles, los estúpidos y los locos.
--¿Falta algo?
--Sí. Nosotros dos, por ejemplo. O, al menos, no es por ofender, yo.
En suma todo el mundo, si se mira bien, participa de alguna de esas categorías. Cada uno de nosotros de vez en cuando es un cretino, un imbécil, un estúpido o un loco. Digamos que la persona normal es la que combina razonablemente todos esos componentes o tipos ideales.
[…]
--Yo lo conozco poco, por eso hago mi tesis. Pero, siga hablándome de su tipología. ¿Cómo es el genio, Einstein, por ejemplo?
--El genio es el que pone en juego uno de esos componentes de manera vertiginosa, alimentándolo con los demás. --Bebió. […]
--Espero que no se haya tomado mi teoría como palabra santa. No pretendo arreglar el universo. Estoy diciendo qué es un loco para una editorial. Es una teoría ad hoc, ¿vale?
--Vale. Ahora invito yo.
--Vale. Pílades, por favor, con menos hielo. Si no, hace efecto en seguida. Veamos. El cretino ni siquiera habla, babea, es espástico. Se aplasta el helado contra la frente, no puede ni coordinar los movimientos. Entra en la puerta giratoria por el lado opuesto.
-¿Cómo es posible?
--Él lo consigue. Por eso es un cretino. No nos interesa, se le reconoce en seguida, y no aparece por las editoriales. Dejémosle donde está.
--Dejémosle.
--Ser imbécil ya es más complicado. Es un comportamiento social. El imbécil es el que habla siempre fuera del vaso.
--¿A qué se refiere?
--Así --apunto el índice hacia su vaso y lo clavó en la barra--. Quiere hablar de lo que hay en el vaso, pero, esto por aquí, esto por allá, habla fuera. O si prefiere, es el que siempre mete la pata, el que le pregunta cómo está su bella esposa al individuo que acaba de ser abandonado por la mujer. ¿Me explico?
--Se explica, conozco a algunos.
--El imbécil está muy solicitado, sobre todo en las reuniones mundanas. Incomoda a todos, pero les proporciona temas de conversación. En su versión positiva llega a ser diplomático. Habla fuera del vaso cuando otros han metido la pata, consigue cambiar de tema Pero a nosotros no nos interesa, no es nunca creativo, trabaja de prestado, de manera que no presenta manuscritos en las editoriales. El imbécil no dice que el gato ladra, habla del gato cuando los demás hablan del perro. Confunde las reglas de conversación, y cuando las confunde bien es sublime. Creo que es una raza en extinción, un portador de virtudes eminentemente burguesas. Necesita un salón Verdurin, o mejor, Guermantes. ¿Todavía leéis esas cosas, vosotros los estudiantes?
--Yo si.
--El imbécil es Murat que pasa revista a sus oficiales y cuando ve a uno, de la Martinica, recubierto de condecoraciones, va y le pregunta: “Vous etes negre?” Y el otro responde: “Oui mon genéral!”, Murat replica: “Bravo, bravo, continuez!” Y cosas por el estilo. ¿Lo capta? Perdone, pero esta noche estoy festejando una decisión histórica de mi vida. He dejado de beber. ¿Quiere otro? No diga nada, me haría sentir culpable. ¡Pílades!
--¿Y el estúpido?
--Ah. El estúpido no se equivoca de comportamiento. Se equivoca de razonamiento. Es el que dice que todos los perros son animales domésticos y todos los perros ladran, pero que también los gatos son animales domésticos y por tanto ladran. O que todos los atenienses son mortales, todos los habitantes del Pireo son mortales, de modo que todos los habitantes del Pireo son atenienses.
--Y lo son.
--Si, pero de pura casualidad. El estúpido incluso puede decir algo correcto, pero por razones equivocadas.
--Se pueden decir cosas equivocadas, con tal de que las razones sean correctas.
--Vive Dios. ¿Si no por qué tomarse tanto trabajo para ser animales racionales?
--Todos los grandes monos antropomorfos descienden de formas de vida inferiores, los hombres descienden de formas de vida inferiores, por tanto todos los hombres son grandes monos antropomorfos.
--No está mal. Ya estamos en el umbral en el que sospechamos que algo no funciona, pero es necesario un esfuerzo para demostrar qué es lo que no cuadra y por qué. El estúpido es muy insidioso. Al imbécil se le reconoce en seguida (y al cretino ni qué decir), mientras que el estúpido razona casi como uno, sólo que con una desviación infinitesimal. Es un maestro del paralogismo. No hay salvación para el redactor editorial, debería emplear una eternidad. Se publican muchos libros escritos por estúpidos, porque a primera vista son muy convincentes. El redactor editorial no está obligado a reconocer al estúpido. No lo hace la academia de ciencias, ¿por qué tendría que hacerlo él?
-Tampoco lo hace la filosofía. El argumento ontológico de San Anselmo es estúpido. Dios tiene que existir porque puedo pensarlo como el ser dotado de todas las perfecciones, incluida la existencia. Confunde la existencia en el pensamiento con la existencia en la realidad.
--Si, pero también es estúpida la refutación de Gaunilo. Puedo pensar en una isla en el mar aunque esa isla no exista. Confunde el pensamiento de lo contingente con el pensamiento de lo necesario.
--Una batalla entre estúpidos.
--Claro, y Dios se divierte como un loco. Decidió ser impensable sólo para demostrar que Anselmo y Gaunilo eran estúpidos. Qué motivo más sublime para la creación, qué me digo, para el acto mismo en virtud del cual Dios determina su propio ser. Todo para poder denunciar la estupidez cósmica.
--Estamos rodeados de estúpidos.
--No hay salida. Todos son estúpidos, salvo usted y yo. Mejor dicho, no es por ofender, salvo usted.
--Algo me dice que esto tiene que ver con el teorema de Godel.
--No sé nada, soy un cretino. ¡Pílades!
--Me toca a mí.
--Después dividimos. El cretense Epiménides dice que todos los cretenses son mentirosos. Si lo dice él que es cretense y conoce bien a los cretenses, es cierto.
--Eso es estúpido.
--San Pablo. Epístola a Tito. Ahora esta otra: todos los que piensan que Epiménides es mentiroso tienen que creer a los cretenses, pero los cretenses no creen a los cretenses, por tanto ningún cretense piensa que Epiménides es mentiroso.
--¿Eso es estúpido o no?
--Decídalo usted mismo. Ya le he dicho que no es fácil reconocer al estúpido. Un estúpido puede llegar incluso a ganar el premio Nobel.
-Déjeme pensar... Algunos de los que no creen que Dios haya creado el mundo en siete días no son fundamentalistas, pero algunos fundamentalistas creen que Dios ha creado el mundo en siete días, por tanto nadie que no crea que Dios haya creado el mundo en siete días es fundamentalista. ¿Es o no estúpido?
--Dios mío; realmente hay que decirlo... no sé, ¿a usted qué le parece?
--Siempre es estúpido, aunque pueda resultar cierto. Viola una de las leyes del silogismo. De dos premisas particulares no pueden extraerse conclusiones universales.
--¿Y si el estúpido fuese usted?
--Estaría en buena y muy antigua compañía.
--Pues sí, la estupidez nos rodea. Y quizá para un sistema lógico diferente nuestra estupidez sea sabiduría. Toda la historia de la lógica es un intento por definir una noción aceptable de estupidez. Demasiado ambicioso. Todo gran pensador es el estúpido de otro.
--El pensamiento como forma coherente de estupidez.
--No. La estupidez de un pensamiento es la incoherencia de otro pensamiento.
--Profundo. Son las dos, falta poco para que Pílades cierre y aún no hemos llegado a los locos.
--Ya llego. Al loco se le reconoce en seguida. Es un estúpido que no conoce los subterfugios. El estúpido trata de demostrar su tesis, tiene una lógica, cojeante, pero lógica es. En cambio, el loco no se preocupa por tener una lógica, avanza por cortocircuitos. Para él, todo demuestra todo.
El loco tiene una idea fija, y todo lo que encuentra le sirve para confirmarla. Al loco se le reconoce porque se salta a la torera la obligación de probar lo que se dice; porque siempre está dispuesto a recibir revelaciones.
Y le parecerá extraño, tarde o temprano el loco saca a relucir a los templarios.
Il pendolo di Foucault (1988). Umberto Eco.

sábado, 3 de junio de 2017

Mao Zedong de Xiao Kaiyu











El gran hombre que elimina la parafernalia del color
y reduce al mínimo el protocolo de las formas
para concentrarse en el contenido preciso
ama el gris plateado –el color de las nubes- y el azul- el color del océano-,
el aspecto ordenado
de lo grandioso. Le gusta un país así,
con el sol igual que una condecoración
en la frente, suspendido sobre la multitud.
La vasta realidad recién salida del horno
tejiendo lo infinito en lo finito de una plaza borrosa
construida alrededor de los palacios dorados,
que son en realidad de simple arcilla.
Los periódicos aclaman la victoria del ideal
y la marea sube y sube fuera de control.
Un huracán hecho de millones ahonda el pozo de las banderas.
Un oleaje de velámenes arrastra el agua hacia el cielo,
dejando detrás el lecho seco del mar y esqueletos de barcos.
Duerme en un pileta llena de viejos libros,
en un taller reformado, contemplando el aire,
repitiendo sentencias breves y cortantes,
de un sentido perdido para siempre bajo las espinas de su lenguaje.
El lenguaje del guerrero proviene de una batalla invisible,
¿y quién sería capaz de entenderlo?


[1987]

Carta en abril de Inger Christensen

Temprano llegamos una mañana
casi antes de despertarnos.
El aire es pálido y un poco frío
y se eriza leve sobre la piel
como una pielcita de humedad.
Hablamos de la tela de araña,
cómo sucedió,
y de la lluvia que lavó el agua
en el camino, mientras dormíamos
mientras viajábamos
sobre la Tierra.
Entonces estamos en casa
y nos bañamos en el polvo del camino
como entre gorriones.